Sexy Bitch II

La tomo fuertemente, como dando por sentado que ya era de su propiedad... traspasó aquella puerta tardando en poder ver donde estaba, todo fue como una explosión sin límite, no dio tiempo a quitarse la ropa, él la agarro en brazos como con rabia y deseo, cerró la puerta de un golpe, siendo la pared su punto de apoyo para sus manos y en pocos minutos había empezado a saciar todo aquel acumulo de sentimientos...

se dejó vencer por la pasión que durante tanto tiempo había contenido, Sentía entonces su olor y cómo sus manos la sujetaban por la cintura. No podía verlo, solo sentirlo, olerlo... el apoyó uno de sus dedos en sus labios indicando que permaneciera callada.
Quedó quieta, muy quieta, en tanto él deslizaba un pañuelo de seda sobre sus ojos atándolo después.
Sentía calor y frío a la vez, una leve humedad al notar como el cuerpo de él se apretaba contra el suyo, sin dejarla girar. su respiración se hizo mas rápida, solo intuía...
Alzó sus brazos en un intento por alcanzarlo a él y así poder acariciarle el pelo, la cara, el cuello con las yemas de sus dedos, en tanto él deslizaba su mano desde sus muslos en dirección ascendente, dejando ver el encaje de sus medias al arrugar el vestido.
Sintió como su mano se acercaba despacio a su sexo, sintió que la respiración se le entrecortaba, volviéndose mas y mas dificultosa, los suspiros cada vez mas largos... Notó la dureza de su miembro.
Ella seguía con el pañuelo en los ojos y sin poder ver nada, lo cual hacia que la escena aun pareciera mas erótica. Una oleada de deseo llenó todo su cuerpo, haciéndola facilmente moldeable en las manos de él.
él dirigía, ella solo daba. él Levantó un poco su vestido, separó sus piernas, con suavidad, pero sin darle tiempo a reacción alguna y sin mediar palabra ,solo con la música de fondo y el sonido de sus jadeos, la tomó desde atrás.
Sus manos acariciando los muslos de ella, atrayéndola hacia él, siguiendo el ritmo de su pasión.
Separándose ella tomo su miembro entre sus manos, lamiéndolo y chupandolo a sus ganas.
Sentía que ya no controlaba nada mas, en su mente, solo la imagen de ellos dos, un deseo irrefrenable de que aquel instante no terminara nunca, imaginado y sintiendo la explosión del deseo que generó en él….
Se vistió, cobro y se fue. Siendo solo el un capricho cumplido